Queridos amigos y amigas: el 15 de agosto celebramos el día de la Asunción de la Virgen. En el Santuario de Metrenco esperaremos a muchos peregrinos que vienen a solicitar a la Virgen su intercesión ante Jesús para pedir por cada una de las necesidades, orar-dialogar, dar gracias...
Celebramos este día como pueblo de Dios pidiendo especialmente por la paz para nuestra región de la Araucanía.
Algo de historia:
Esta fiesta se enmarca en el dogma Mariano: María asunta en cuerpo y alma al cielo. Según este dogma, la Virgen Inmaculada, Madre de Dios, terminado el período de su vida terrestre fue elevada en cuerpo y alma a la gloria celestial.
El Papa Pío XII definió este dogma en el año 1950, en la Bula Munificentissimus Deus. No queda definido si la Virgen murió o no. Sólo que su cuerpo no quedó sometido a la corrupción del sepulcro, y que ha sido ya glorificado.
La profecía contenida en el relato del génesis 3,15 insinúa esta verdad al anunciar la victoria de la mujer y de su Hijo sobre el pecado y sobre la muerte. Lo mismo parece desprenderse del capítulo 12 del Apocalípsis.
Por su parte el Vaticano II ha mencionado: "La Madre de Jesús, ya glorificada en los cielos en cuerpo y alma, es la imagen y principio de la Iglesia que ha de ser consumada" LG 68.
En síntesis, podemos comprender que los cuatro dogmas Marianos se encuentran referidos esencialmente a la cristología, portando significados teológicos para la eclesiología.
Así, queridos amigos y amigas la invitación es a mirar en conjunto los dogmas Marianos y especialmente esta fiesta, para valorar el amor sobreabundante del Padre que se extiende en María, como su madre en vistas al Hijo, como don y promesa para nuestra humanidad entera.
Eva Reyes.
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